Christensen comienza hablando de disrupción en la industria. De cómo muchos competidores ingresan a los mercados por el "low end" (menores márgenes) y gradualmente van corriendo a los competidores existentes hacia el "high end" (mayores márgenes), hasta que los desbancan (ejemplo: marcas de autos japonesas vs. marcas de autos norteamericanas).
Luego habla de sus valores y cuenta una excelente anécdota de cuándo y por qué se negó a trabajar en sábado y domingo.
Y finalmente propone una interesante visión de marketing: Se debe pensar en qué "trabajo" hace un producto para que lo "contratemos". Y trabajar en las dimensiones del producto relevantes para dicho trabajo. Da un excelente ejemplo de esto con los milkshakes.
En vez de convencer al cliente que quiere nuestro producto (con publicidad), hay que tomar el input del cliente al hacer el producto, para que se venda solo.
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